Este es un post cortito con una receta muy fácil de hacer que igual os viene bien para regalar en Navidad o Reyes: unos caramelos de toffee fáciles y masticables. Este tipo de caramelos parece que es muy popular en los Estados Unidos. Del estilo de lo que aquí conocemos como toffees, por ejemplo, los de toda la vida de Viuda de Solano, pero estos quedan más blanditos, más masticables. Y fantásticos, hoygan, con un riquísimo sabor a caramelo y mantequilla…
Para hacer estos caramelos de toffee, como para hacer cualquier tipo de caramelo, es imprescindible disponer de un termómetro de caramelo, es decir, un termómetro que mida por encima de los 100 ºC. Así que ya sabéis, si queréis preparar un detalle casero de última hora para vuestros congéneres y sin embargo amigos, estos caramelos son una buena idea. Lo único laborioso es envolverlos en los papelitos, pero ponéis varios esclavos a que os ayuden y asunto solucionado.
- 500 ml de nata líquida
- 400 g de azúcar blanquilla
- 60 g de mantequilla
- 300 ml de glucosa líquida
- 1 pellizco de sal
- ½ cucharadita de extracto de vainilla (1)
- Aceite de girasol para untar el molde y el papel
- Nos hará falta una bandeja o molde de unos 20×35 cm o de superficie equivalente. La untamos de aceite y la forramos con papel de hornear, que volveremos a untar de aceite. Reservamos.
- Ponemos todos los ingredientes, excepto la vainilla y la sal, en un cazo bien grande, donde quepan bien holgados, porque al principio de la cocción la mezcla sube mucho.
- Calentamos la mezcla a fuego vivo hasta ebullición; después seguimos cociendo a fuego medio alto. Hierve muy escandalosamente los primeros minutos y sube mucho, pero a medida que se concentra y carameliza el nivel baja y la cocción es menos violenta.
- Deberemos medir la temperatura de vez en cuando y empezar a vigilar la mezcla más estrechamente cuando veamos que pasa de 100-105º.
- Retiraremos el cazo del fuego en cuanto la mezcla alcance los 120 ºC y la verteremos de inmediato en el molde (¡mucho cuidadito con quemarse!). Daremos unos golpes para que se distribuya uniformemente. Y hala, dejamos enfriar toda la noche.
- Cuando esté frío el caramelo lo sacamos del molde tirando del papel, se desprende bastante bien. Lo ponemos sobre una tabla, le limpiamos un poco el aceite con un papel de cocina y con un cuchillo grande y afilado cortamos pastillas de unos 2 cm de lado, cuadradas o rectangulares, como más nos guste. Las envolvemos en papelitos que cortaremos a medida. Yo usé papel de hornear, sin más.
Y estooo… que feliz solsticio y esas cosas. Que tengamos todos un 2014 mejor que este 2013. Cuidarse mucho, ¿eh?, que no quiero que el año que viene falte nadie. Hala, ya podéis empezar con las comilonas, queridos.
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